«Ilusión de frecuencia», sesgo de confirmación, criminología y criminalística

 

 

Todo estudiante de criminología o ciencias forenses, de hecho cualquier estudiante de no importa que disciplina científica, conoce el sesgo de confirmación. Sabría definirlo perfectamente. Tal vez, un concepto totalmente con este relacionado, el de «ilusión de frecuencia» no lo conozca tan bien, pero probablemente lo haya experimentado (y lo recuerde) más en su vida privada que profesional (aunque no tenga por qué) y hoy, vamos a hablar sobre ambos, haciendo hincapié en este último, y su relación (negativa) con el ejercicio profesional de la criminología y las ciencias forenses. 

Para ilustrar el concepto vamos a poner un ejemplo en un ámbito de nuestro conocimiento, la investigación privada. Es muy común, en el mundo de los detectives comenzar un servicio de vigilancia y seguimiento sin una fotografía (sí, la realidad no es como en las películas donde incluso antes de comenzar hay un informe, siempre encuentran sitio para aparcar, etc.). Así que se suele empezar con una simple descripción física, bastante general. Bien, imagínese que ese es el caso, y le dicen que debe localizar al investigado en un centro comercial, que es calvo (además de otras «características») y que conduce un coche de color rojo. Pues lo más probable es que, sobre todo si es nuevo en estas lides y si es el primer día, vea (o crea ver, aquí está el quid de la cuestión) a multitud de hombres calvos y un número elevadísimo de vehículos rojos. Esto de tener una idea en la cabeza por distintos motivos, y ver (o creer ver) reflejado en la calle esa idea, es lo que se llama «ilusión de frecuencia». 

Ahora, con ambos términos reconocidos, podemos atisbar la estrecha relación que guardan. De hecho, la «ilusión de frecuencia» sería como la propia confirmación del sesgo de confirmación. La materialización de la idea. Este concepto está totalmente unido con el de la percepción subjetiva (no con la observación, sino con nuestra percepción), también, por supuesto a aspectos emocionales y cognitivos de cada sujeto (vivencias, objetivos y finalidad). Normalmente se da cuando lo ilusoriamente visto es importante (de manera positiva o negativa) para el individuo y su cerebro trabaja para confirmarlo y, aunque neurológicamente (si quiere también psicológicamente), no supone ningún efecto negativo para el cerebro (de hecho se trata de un mecanismo de defensa evolutivo), sí puede, en los casos que nos ocupan, tener esos efectos adversos en la conducta y reflejarse en el trabajo. 

Veamos.  El problema que se origina, o que podría originarse con el sesgo de confirmación, es el «encontrar» indicios que no serían en absoluto reales para confirmar la teoría. Y esto, en el caso de la criminología (y las ciencias forenses) puede ser demoledor. El sesgo de confirmación sabemos perfectamente cómo puede darse, y la ilusión de frecuencia podría ser denominada su materialización. Sí, esto se da cuando lo que se quiere encontrar son indicios que corroboren la teoría. Normalmente, el problema es que esos indicios se interpretan, ya sea en un estudio criminológico o una investigación forense (y por supuesto en el ámbito privado (detectives)). Y el problema es que, cuando se da, esto nos lleva a una causa espuria. Sí, porque siempre se van a encontrar esos indicios limitados ya que no todos son interpretables, pero siempre, con el fin de confirmar totalmente la causa (es decir, apoyar esa teoría apriorística) se va a considerar como suficiente esos indicios para justificar la causa y como ya sabemos, la casuística, para poder concluirse, debe cumplir tres puntos: primero, que exista una correlación; segundo, que sea longitudinal (se repita a lo largo del tiempo) y; tercero, todas las demás posibles explicaciones deben ser descartadas. Por supuesto, en una teoría autoconfirmada (en un sesgo de confirmación), no se da ninguna y por ello esa interpretación, a pesar de que a priori contenga indicios suficientes (que solo lo son para el sujeto, por eso se llama «ilusión de frecuencia» y no «realidad frecuencial») no son ni siquiera suficientes (normalmente) para comenzar a estudiar una relación. En estos casos en los que se da el sesgo de confirmación y esa ilusión frecuencial, la solución o la causa de que suceda es la falta de formación y experiencia, ambas importantes y que deben correlacionarse en este aspecto. Efectivamente, el controlar este sesgo (y otros, pero este principalmente) requiere un alto grado de conocimiento y experiencia. El primero para conocer las variables, y sobre todo ítems, que pueden ser interpretados para no hacerlo (recuerda que un análisis científico, dentro de la criminología o las ciencias forenses, no se interpreta, sino que se analiza, describe y correlaciona). La segunda, la experiencia, para poder obviarlo. Sí, cuanta más experiencia se tiene sobre un objeto de estudio, menos capacidad tiene nuestro cerebro para caer en sesgos, puesto que los controlará. Ya ha aprendido que «sale más a cuenta» analizar de manera adecuada que rápida. Como hemos dicho, esta «ilusión de frecuencia» tiene que ver con una «protección adaptativa» atávica, pero si, aparición tras aparición de esta logramos, digamos, entrenar para una respuesta diferente, que es siempre la misma (análisis metodológico), llegará un momento en el cual no contemplará esta reacción como válida, ahorrándose tiempo perdido. 

Como última nota, debemos reflejar que esta interpretación errónea de la realidad que es la creencia de esa alta frecuencia de un ítem y del sesgo de confirmación, se da a un nivel interpretativo (de un mal análisis subjetivo), cuando el sujeto «cree advertir más ítems de los que hay», siendo su error conceptual, analítica y de falta de objetividad (de ahí la necesidad del binomio formación/experiencia). Otro caso distinto es cuando esos indicios son «fabricados», para que parezcan más, eso es una conducta (tipificada además), con una intencionalidad real de engañar, mostrando los ítems suficientes (puestos normalmente con premeditación) para llegar a la conclusión que se desea. Ahí estamos hablando de manipular pruebas, cosa bien distinta. Cuando hablamos de los sesgos (y su materialización como el caso frecuencial), el error proviene de una subjetividad siempre mal aplicada (la subjetividad siempre está mal aplicada en criminología y criminalística, y también en la investigación privada), pero no de una manipulación premeditada. Sí, también tiene un carácter completamente negativo puesto que esa falta de conclusión objetiva, ese error, lleva a una conclusión falaz que puede desbaratar una investigación otorgando resultados que no se corresponden con la realidad, de ahí la importancia de esta siempre luchando conscientemente contra cualquier tipo de sesgos en la investigación académica, práctica y/0 forense, mediante la formación y el desempeño profesional, que es lo que da experiencia. 

 

Bibliografía 

La idea nos surgió del siguiente artículo…

De Cabo, A. (2023). Qué es la ilusión de frecuencia, el fenómeno que hace que veas algo por todas partes después de haber hablado sobre ello. BBC News.

 

 

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